Pacto sucesorio

By Published On: 23/01/2019Categories: af-blog

¿Qué es el pacto sucesorio?

El pacto sucesorio es una herramienta ideal para organizar la transmisión del patrimonio familiar, pues nos permite ordenar la herencia futura mediante un contrato en el que las partes pueden nombrar heredero y también realizar atribuciones particulares de herencia.

Mediante un pacto sucesorio, dos o más personas pueden celebrar un contrato que tenga por objeto la sucesión de ambos o de cualquiera de ellos, pudiendo nombrar en dicho contrato herederos u otorgar atribuciones particulares a favor de las personas que deseen (asimilables a los legados), en virtud de los cuales se asignará al beneficiario de dicha atribución la titularidad de un bien o derecho concreto de los obrantes en el patrimonio del futuro difunto.

En definitiva, lo que permite este contrato es que dos o más personas puedan ordenar su sucesión sin necesidad de acudir a la institución del testamento o evitar que la misma desemboque en las reglas de la sucesión intestada, determinando qué personas y en qué modo devendrán titulares de su patrimonio (es decir, de todos sus bienes, derechos y obligaciones) una vez llegada su muerte.

Hay que tener en cuenta que este instrumento no puede utilizarse en todo el territorio nacional, pues sólo se admite en Navarra, Vizcaya, Aragón, Baleares, Galicia y Cataluña. Por tanto, solamente podrán otorgar pactos sucesorios válidos las personas que tengan vecindad civil en alguno de los citados territorios.

Ventajas

Frente al testamento, la institución del pacto sucesorio presenta incuestionables ventajas si lo que se pretende es asegurar la tranquilidad de que entre los otorgantes se conocerá por todos, y hasta el último día, la voluntad del causante. Se excluyen, así, sorpresas una vez producida la defunción, en el momento de abrir el testamento ya que el pacto sucesorio es esencialmente irrevocable.

El testamento es un acto unilateral que sólo depende de la voluntad de quien lo firma quien puede cambiar de opinión y otorgar un nuevo testamento que deje sin efecto el anterior. En cambio, el pacto sucesorio es un contrato, que no depende de un solo firmante sino de todos ellos, de forma que sólo se podrá modificar y revocar por acuerdo de todos los que lo firmaron o bien por las causas legales para resolverlo.

Así pues, el pacto sucesorio nos da la seguridad y la confianza de que lo firmado se va a cumplir cuando se produzca el fallecimiento, mientras que el testamento siempre será una incógnita hasta que se abra el último que el causante otorgó.

Especial relevancia para la Empresa Familiar

A través del pacto sucesorio son muchos los aspectos que podemos regular y que resultan fundamentales para el futuro desarrollo de la empresa familiar: podemos utilizarlo para designar heredero; para asignar elementos concretos de la herencia a ciertos beneficiarios (por ejemplo: las acciones de la empresa familiar o inmuebles); pero además, el pacto también puede utilizarse para imponer obligaciones o condiciones a quienes hemos designado como receptores de algunos bienes (por ejemplo, que el hijo que vaya a recibir el negocio familiar tenga que ocupar el cargo de administrador de la empresa; obligarlo a mantener y dar continuidad a la empresa familiar o bien exigir que ciertas ramas del negocio se mantengan indivisas, debiendo transmitirse en su integridad).

¿Cuándo se suele usar en la práctica?

En la práctica, la figura del pacto sucesorio suele ser utilizado principalmente:

-Para otorgar una especie de testamento mancomunado entre cónyuges (a través del heredamiento mutual y preventivo).

-Para ordenar la sucesión de las empresas familiares, pues entre todos los miembros de la familia titulares de la actividad económica se puede pactar la sucesión de los titulares de la compañía de forma global y conjunta, determinando la titularidad de las acciones o bienes productivos de la misma e incluso imponiendo cargas u obligaciones a los herederos (tales como, por ejemplo, determinar qué miembro de la familia debe ostentar la administración de la empresa, exigir la indivisibilidad o enajenación de la compañía, asegurar un determinado nivel de ingresos a familiares del socio premuerto, etc.).

-Para distribuir el patrimonio de forma conjunta en familias extensas de capacidad económica elevada.

 

¿Quiénes pueden otorgar un pacto sucesorio?

Las personas que firman el pacto sucesorio deben tener un vínculo de parentesco entre sí: cónyuges, parejas de hecho, parientes en línea directa ascendiente (padres, abuelos…) o descendiente (hijos, nietos…) o parientes en línea colateral hasta cuarto grado (primos, tíos y sobrinos). Incluso podemos implicar a la familia política en el pacto sucesorio, pues la ley permite otorgarlo con los parientes de nuestra pareja en línea directa (suegros) y colateral hasta el segundo grado (cuñados).

Sin embargo, el favorecido por lo pactado puede ser cualquiera, ya sean los mismos otorgantes o terceras personas, sean o no familiares.

Formalización en escritura pública

Los pactos sucesorios deben otorgarse en escritura pública para que sean válidos. Una vez otorgada la escritura pública, el Notario lo comunicará al Registro de Actos de Última Voluntad, como hace con los testamentos.

Además, en el caso de atribuciones particulares referidas a inmuebles, pueden hacerse constar en el Registro de la Propiedad; y si abordan la continuidad de una empresa familiar, podrá acceder su existencia al Registro Mercantil de la forma y la manera prevista para los protocolos familiares.

 ¿Cómo tributa un pacto sucesorio?

La constitución de un pacto sucesorio y la subsiguiente designación de heredamiento o de atribución particular generan una adquisición patrimonial a favor de la persona designada, la cual se podrá materializar en vida del otorgante o bien a su fallecimiento.

A efectos tributarios, esta adquisición patrimonial tendrá la consideración de adquisición gratuita mortis causa, lo que determinará su sujeción al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Así lo establece el artículo 3 de la Ley 29/1987, de 18 de diciembre, sobre el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, afirmando que constituye hecho imponible del mismo la adquisición de bienes y derechos por herencia, legado o cualquier otro título sucesorio, así como la interpretación que de dicha normativa ha realizado la Dirección General de Tributos sobre la materia (V1521-14 de 10 de junio de 2014).

El art. 11 b) de 1629/1.991 del Reglamento del Impuesto de Sucesiones y donaciones (RISD) establece entre otros títulos sucesorios: “b) Los contratos y pactos sucesorios…”. Por ello, podemos manifestar que los pactos sucesorios son títulos sucesorios equiparables a la herencia, legado, y donaciones mortis causa, que tributarán bajo el impuesto de sucesiones.

Por otro lado, la ganancia patrimonial que se produce en sede del difunto, que es la diferencia entre el valor del bien desde su adquisición hasta la fecha de fallecimiento (lo que antes tributaba bajo la denominada “plusvalía del muerto”) queda exenta del impuesto en virtud del art. 33.3 b) del IRPF en las transmisiones mortis causa.

Cuando en el pacto sucesorio se establece una atribución de presente, es decir, se da la plena propiedad y libre posesión de un bien al futuro heredero, por parte del futuro causante, todo ello como un supuesto “adelanto de la herencia”, según el art. 24 de la citada Ley 29/1987, en las adquisiciones producidas en vida del causante como consecuencia de contratos y pactos sucesorios, el impuesto se devengará el día en que se cause o celebre dicho acuerdo.

Así pues, los pactos sucesorios con entrega de presente tributarán siempre por sucesiones (al ser títulos sucesorios), pero si hay entrega de bienes en el momento de celebrarlo, el impuesto se devengará en el momento de firmar el pacto. Es decir, tributará por sucesiones en el momento de la firma notarial. Y si tributa por sucesiones le alcanzará el amparo del 33.3 b) del IRPF quedando fuera de gravamen la ganancia patrimonial.

Analizando el efecto de las posibles donaciones que realiza el causante antes de su fallecimiento, cabe decir que, si el transmitente falleciera antes de los cuatro años, la transmisión de presente con pacto sucesorio no acumula a la herencia, tal y como se determina en la Consulta Vinculante nº 3087-13 de la Dirección General de Tributos que considera que “no acumula porque la normativa del impuesto no ha prescrito tal supuesto.”

Del mismo modo, como el pacto implica atribución mortis causa, no cabe acumulación entre dos pactos sucesorios con entregas de presente otorgados por un instituyente a favor de la misma persona.

En efecto, si otorgamos varias donaciones al mismo donatario, éstas se acumulan a efectos del ISD al donatario (dentro de los tres años) y al heredero (dentro de los cuatro años). En cambio, si esas mismas donaciones las hacemos a través de pactos sucesorios, no acumularán, ya que estamos ante transmisiones mortis causa que no contemplan las acumulaciones.

Respecto a la evolución sobre la interpretación administrativa y jurisprudencial de la tributación del pacto sucesorio, hasta ahora, la adquisición patrimonial por medio del pacto tanto atribución de presente, como en el momento de la defunción, se trataba como una adquisición gratuita mortis causa, tributando por sucesiones. Si bien, la DGT establecía que, no son transmisiones mortis causa y asimilaba a la donación la ganancia patrimonial en IRPF generada en el constituyente, quedando sujeta a tributación cuando el pacto sucesorio significa atribución de bienes.

En el caso concreto de Cataluña, la CV nº 4733-16 viene a dar una respuesta respecto a la interpretación de la fiscalidad en los pactos sucesorios catalanes. Por un lado, deja claro que los pactos sucesorios catalanes son títulos sucesorios, a efectos del ISD y por tanto: “Lo expuesto (que tributa por sucesiones y devengo el día de la celebración del pacto) es plenamente aplicable al pacto sucesorio regulado en el art 431.19.2 (Ley 10/2.008 Libro IV C.C.C)”, si bien realiza una distinción que no deja sorprender.

Si estamos ante un heredamiento simple y cumulativo (art. 431-19 C.C.Cat: “El heredamiento es cumulativo si, además de conferir la calidad de heredero del heredante, atribuye a la persona instituida todos los bienes presentes del heredante y no pierde este carácter aunque el heredante excluya bienes concretos de la atribución de presente”), el ISD se devenga por la atribución de presente que se excluye del heredamiento, el día de la celebración del pacto, quedando exento en IRPF por aplicación del 33.3.b) en las adquisiciones de presente.

En cambio, si estamos ante un pacto sucesorio de atribución particular (431-29 C.C.Cat) con transmisión de presente de bienes, el acto se considera donación (es decir tributaría por donaciones, aunque no lo deja claro), estableciendo que ”la transmisión de presente se considerará donación, en este supuesto el pacto sucesorio adquiere un carácter hibrido anticipando el devengo del impuesto (art. 24) y habrá de regirse por la normativa propia de las adquisiciones a título gratuito inter vivos” y añadiendo que: “La inexistencia de ganancia patrimonial tendría que canalizarse a través del 33.3 letra c” (donación de empresa o participaciones -65 años, cese actividad, regla de mantenimiento). Con lo que parece que los pactos sucesorios de atribuciones particulares con entrega de presente tributarían por donaciones y no quedarían exentas de la ganancia patrimonial del 33.3.b del IRPF, a excepción de las entregas de empresas individuales y participaciones de empresas, siempre y cuando cumplan los requisitos para ya tener, de por sí, la bonificación de la que ya gozan.

A la vista de las distintas interpretaciones, cabe esperar una regulación concreta sobre la tributación de los pactos sucesorios ante la diversidad de tratamientos jurisprudenciales en figuras semejantes.

Pueden ponerse en contacto con este despacho profesional para cualquier duda o aclaración que puedan tener al respecto.

Què és el pacte successori?

El pacte successori és una eina ideal per a organitzar la transmissió del patrimoni familiar, perquè ens permet ordenar l’herència futura mitjançant un contracte en el qual les parts poden nomenar hereu i també realitzar atribucions particulars d’herència.

Mitjançant un pacte successori, dos o més persones poden celebrar un contracte que tingui per objecte la successió de tots dos o de qualsevol d’ells, podent nomenar en aquest contracte hereus o atorgar atribucions particulars a favor de les persones que desitgin (assimilables als llegats), en virtut dels quals s’assignarà al beneficiari d’aquesta atribució la titularitat d’un bé o dret concret dels obrants en el patrimoni del futur difunt.

En definitiva, el que permet aquest contracte és que dos o més persones puguin ordenar la seva successió sense necessitat d’acudir a la institució del testament o evitar que la mateixa desemboqui en les regles de la successió intestada, determinant quines persones i en quina manera esdevindran titulars del seu patrimoni (és a dir, de tots els seus béns, drets i obligacions) una vegada arribada la seva mort.

Cal tenir en compte que aquest instrument no pot utilitzar-se en tot el territori nacional, perquè només s’admet a Navarra, Biscaia, Aragó, Balears, Galícia i Catalunya. Per tant, solament podran atorgar pactes successoris vàlids les persones que tinguin veïnatge civil en algun dels citats territoris.

Avantatges

Enfront del testament, la institució del pacte successori presenta inqüestionables avantatges si el que es pretén és assegurar la tranquil·litat que entre els atorgants es coneixerà per tots, i fins a l’últim dia, la voluntat del causant. S’exclouen, així, sorpreses una vegada produïda la defunció, en el moment d’obrir el testament ja que el pacte successori és essencialment irrevocable.

El testament és un acte unilateral que només depèn de la voluntat de qui el signa qui pot canviar d’opinió i atorgar un nou testament que deixi sense efecte l’anterior. En canvi, el pacte successori és un contracte, que no depèn d’un sol signant sinó de tots ells, de manera que només es podrà modificar i revocar per acord de tots els que ho van signar o bé per les causes legals per a resoldre-ho.

Així doncs, el pacte successori ens dóna la seguretat i la confiança que el signat es complirà quan es produeixi la defunció, mentre que el testament sempre serà una incògnita fins que s’obri l’últim que el causant va atorgar.

Especial rellevància per a l’Empresa Familiar

A través del pacte successori són molts els aspectes que podem regular i que resulten fonamentals per al futur desenvolupament de l’empresa familiar: podem utilitzar-ho per a designar hereu; per a assignar elements concrets de l’herència a certs beneficiaris (per exemple: les accions de l’empresa familiar o immobles); però a més, el pacte també pot utilitzar-se per a imposar obligacions o condicions als qui hem designat com a receptors d’alguns béns (per exemple, que el fill que vagi a rebre el negoci familiar hagi d’ocupar el càrrec d’administrador de l’empresa; obligar-ho a mantenir i donar continuïtat a l’empresa familiar o bé exigir que certes branques del negoci es mantinguin indivises, havent de transmetre’s en la seva integritat).

Quan es sol utilitzar en la pràctica?

En la pràctica, la figura del pacte successori sol ser utilitzat principalment:

-Per a atorgar una espècie de testament mancomunat entre cònjuges (a través del heretament mutual i preventiu).

-Per a ordenar la successió de les empreses familiars, perquè entre tots els membres de la família titulars de l’activitat econòmica es pot pactar la successió dels titulars de la companyia de forma global i conjunta, determinant la titularitat de les accions o béns productius de la mateixa i fins i tot imposant càrregues o obligacions als hereus (tals com, per exemple, determinar quin membre de la família ha d’ostentar l’administració de l’empresa, exigir la indivisibilitat o alienació de la companyia, assegurar un determinat nivell d’ingressos a familiars del soci premort, etc.).

-Per a distribuir el patrimoni de forma conjunta en famílies extenses de capacitat econòmica elevada.

Qui poden atorgar un pacte successori?

Les persones que signen el pacte successori han de tenir un vincle de parentiu entre si: cònjuges, parelles de fet, parents en línia directa ascendent (pares, avis…) o descendent (fills, néts…) o parents en línia col·lateral fins a quart grau (cosins, oncles i nebots). Fins i tot podem implicar la família política en el pacte successori, perquè la Llei permet atorgar-lo amb els parents de la nostra parella en línia directa (sogres) i col·lateral fins al segon grau (cunyats).

No obstant això, l’afavorit pels pactes pot ser qualsevol, ja siguin els mateixos atorgants o terceres persones, siguin o no familiars.

Formalització en escriptura pública

Els pactes successoris han d’atorgar-se en escriptura pública perquè siguin vàlids. Una vegada atorgada l’escriptura pública, el Notari el comunicarà al Registre d’Actes d’Última Voluntat, com fa amb els testaments.

A més, en el cas d’atribucions particulars referides a immobles, poden fer-se constar en el Registre de la Propietat; i si aborden la continuïtat d’una empresa familiar, podrà accedir la seva existència al Registre Mercantil de la forma i la manera prevista per als protocols familiars.

Com tributa un pacte successori?

La constitució d’un pacte successori i la subsegüent designació d’ heretament o d’atribució particular generen una adquisició patrimonial a favor de la persona designada, la qual es podrà materialitzar en vida de l’atorgant o bé a la seva defunció.

A efectes tributaris, aquesta adquisició patrimonial tindrà la consideració d’adquisició gratuïta mortis causa, la qual cosa determinarà la seva subjecció a l’Impost sobre Successions i Donacions. Així ho estableix l’article 3 de la Llei 29/1987, de 18 de desembre, sobre l’Impost de Successions i Donacions, afirmant que constitueix fet imposable del mateix l’adquisició de béns i drets per herència, llegat o qualsevol altre títol successori, així com la interpretació que d’aquesta normativa ha realitzat la Direcció General de Tributs sobre la matèria (V1521-14 de 10 de juny de 2014).

L’art. 11 b) de 1629/1.991 del Reglament de l’Impost de Successions i donacions (RISD) estableix entre altres títols successoris: “b) Els contractes i pactes successoris…”. Per això, podem manifestar que els pactes successoris són títols successoris equiparables a l’herència, llegat, i donacions mortis causa, que tributaran sota l’impost de successions.

D’altra banda, el guany patrimonial que es produeix en seu del difunt, que és la diferència entre el valor del bé des de la seva adquisició fins a la data de defunció (el que abans tributava sota la denominada “plusvàlua del mort”) queda exempta de l’impost en virtut de l’art. 33.3 b) de l’IRPF en les transmissions mortis causa.

Quan en el pacte successori s’estableix una atribució de present, és a dir, es dóna la plena propietat i lliure possessió d’un bé al futur hereu, per part del futur causant, tot això com un suposat “avançament de l’herència”, segons l’art. 24 de la citada Llei 29/1987, en les adquisicions produïdes en vida del causant com a conseqüència de contractes i pactes successoris, l’impost es reportarà el dia en què es causi o celebri aquest acord.

Així doncs, els pactes successoris amb lliurament de present tributaran sempre per successions (en ser títols successoris), però si hi ha lliurament de béns en el moment de celebrar-lo, l’impost es reportarà en el moment de signar el pacte. És a dir, tributarà per successions en el moment de la signatura notarial. I si tributa per successions li aconseguirà l’empara del 33.3 b) de l’IRPF quedant fora de gravamen el guany patrimonial.

Analitzant l’efecte de les possibles donacions que realitza el causant abans de la seva defunció, cal dir que, si el transmitent morís abans dels quatre anys, la transmissió de present amb pacte successori no acumula a l’herència, tal com es determina en la Consulta Vinculant núm. 3087-13 de la Direcció General de Tributs que considera que “no acumula perquè la normativa de l’impost no ha prescrit tal suposat.”

De la mateixa manera, com el pacte implica atribució mortis causa, no cap acumulació entre dos pactes successoris amb lliuraments de present atorgats per un constituent  a favor de la mateixa persona.

En efecte, si atorguem diverses donacions al mateix donatari, aquestes s’acumulen a l’efecte del ISD al donatari (dins dels tres anys) i a l’hereu (dins dels quatre anys). En canvi, si aquestes mateixes donacions les fem a través de pactes successoris, no acumularan, ja que estem davant transmissions mortis causa que no contemplen les acumulacions.

Respecte a l’evolució sobre la interpretació administrativa i jurisprudencial de la tributació del pacte successori, fins ara, l’adquisició patrimonial per mitjà del pacte tant atribució de present, com en el moment de la defunció, es tractava com una adquisició gratuïta mortis causa, tributant per successions. Si bé, la DGT establia que, no són transmissions mortis causa i assimilava a la donació el guany patrimonial en IRPF generada en el constituent, quedant subjecta a tributació quan el pacte successori significa atribució de béns.

En el cas concret de Catalunya, la CV núm. 4733-16 ve a donar una resposta respecte a la interpretació de la fiscalitat en els pactes successoris catalans. D’una banda, deixa clar que els pactes successoris catalans són títols successoris, a l’efecte del ISD i per tant: “L’exposat (que tributa per successions i meritació el dia de la celebració del pacte) és plenament aplicable al pacte successori regulat  a l’art 431.19.2 (Llei 10/2.008 Llibre IV C.C.C)”, si bé realitza una distinció que no deixa sorprendre.

Si estem davant un heretament simple i cumulatiu (art. 431-19 C.c.cat: “L’heretament és cumulatiu si, a més de conferir la qualitat d’hereu del causant, atribueix a la persona instituïda tots els béns presents del causant i no perd aquest caràcter encara que el causant exclogui béns concrets de l’atribució de present”), el ISD s’esdevingui per l’atribució de present que s’exclou de l’heretamnet, el dia de la celebració del pacte, quedant exempt en IRPF per aplicació del 33.3.b) en les adquisicions de present.

En canvi, si estem davant un pacte successori d’atribució particular (431-29 C.c.cat) amb transmissió de present de béns, l’acte es considera donació (és a dir tributaria per donacions, encara que no el deixa clar), establint que ”la transmissió de present es considerarà donació, en aquest supòsit el pacte successori adquireix un caràcter híbrid anticipant la meritació de l’impost (art. 24) i haurà de regir-se per la normativa pròpia de les adquisicions a títol gratuït inter vivos” i afegint que: “La inexistència de guany patrimonial hauria de canalitzar-se a través de l’art. 33.3 lletra c” (donació d’empresa o participacions -65 anys, cessi activitat, regla de manteniment). Amb el que sembla que els pactes successoris d’atribucions particulars amb lliurament de present tributarien per donacions i no quedarien exemptes del guany patrimonial del 33.3.b de l’IRPF, a excepció dels lliuraments d’empreses individuals i participacions d’empreses, sempre que compleixin els requisits, de per si mateix, la bonificació de la qual ja gaudeixen.

A la vista de les diferents interpretacions, cal esperar una regulació concreta sobre la tributació dels pactes successoris davant la diversitat de tractaments jurisprudencials en figures semblants.

Poden posar-se en contacte amb aquest despatx professional per a qualsevol dubte o aclariment que puguin tenir sobre aquest tema.

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